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Aunque lavarse las manos no es una ciencia espacial, hay algunas reglas que vale la pena seguir. Podemos evitar muchas enfermedades. Pero antes, recordemos por qué es importante lavarse las manos con regularidad y qué puede ocurrir si no lo hacemos.
Seguro que de pequeño escuchabas por todos lados: "¡Ve a lavarte las manos!", "¿te has lavado las manos?", "¡no te olvides de lavarte las manos!"... ¿Pero por qué es tan importante? La razón principal de los buenos hábitos de higiene es evitar la propagación de enfermedades. El 80% de las enfermedades infecciosas se transmiten por las manos. Y no es de extrañar, ya que nuestras manos están en constante contacto con las manillas de las puertas, los agarraderos de los autobuses y trenes, los interruptores, etc. Además, cabe mencionar que dar la mano también alberga un número importante de gérmenes. Mientras que una mano lavada contiene aproximadamente 50 gérmenes, una mano sin lavar alberga más de 10 millones de gérmenes.
Intenta ser consciente de lo que haces con las manos y de lo que tocas. Imagínate, por ejemplo, tu viaje matutino al trabajo o a la escuela. Seguro que alguna vez te has agarrado a una barra, a un agarradero o a un asiento en un vehículo. Pero había miles de personas tocando todas estas cosas antes, y todos tenían gérmenes en sus manos. Cuando tocaste el agarradero, algunos de ellos se transfirieron a tu mano también.
Si no te lavas las manos y luego sacas el bocadillo de la bolsa con las manos, los gérmenes pueden entrar en tu cuerpo y causar problemas de salud. Y eso es sólo un pequeño ejemplo de transmisión de bacterias. Hay otras innumerables formas en que las bacterias pueden llegar a tus manos.
Para evitar contraer enfermedades desagradables y al mismo tiempo no transmitir nuestros gérmenes a los demás, es conveniente lavarse las manos especialmente en los siguientes casos:
El lavado de manos debe durar aproximadamente 30-40 segundos. Si se desinfectan las manos, el tiempo se reduce a 20 segundos.
Al lavarse las manos surge un pequeño problema. ¿Cómo cerramos el grifo si ya tenemos las manos lavadas y lo hemos tocado antes con las manos sucias? La solución sencilla es la grifería automática, que mantiene las manos y la superficie higiénicamente limpias después de cada uso. Aunque la grifería sin contacto era hasta hace poco el privilegio de los establecimientos públicos (comedores, hoteles, centros comerciales, etc.), ahora se está abriendo paso cada vez más en los hogares. Y no es de extrañar, además de una higiene perfecta, es muy práctica, económica y bien pensada en cuanto a diseño.
Además de la comodidad de uso y la excelente higiene, los grifos sin contacto también permiten ahorrar agua. Un sensor detecta los movimientos de la mano y garantiza que el agua sólo fluya cuando sea necesario. Esta es una forma eficaz de ahorrar agua en un hogar con niños, ya que éstos, en particular, a veces se olvidan de cerrar el grifo.
Puedes encontrar grifos de baño automáticos en la cartera de GROHE, Hansgrohe o GEBERIT.
No olvides compartir tus conocimientos sobre el correcto lavado de manos con tus hijos. Siempre es mejor difundir conocimientos, que gérmenes dañinos.