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Gases, ardor de estómago, estreñimiento, diarrea o dolor abdominal son complicaciones que todos conocemos y a veces todos los sufrimos. Con algunos problemas (la diarrea, por ejemplo) nos puede ayudar el bidé. Sin embargo, el bidé aborda las consecuencias y no las causas del problema.
Existe una conexión entre la digestión y el bienestar que es mucho más fuerte de lo que piensas. ¿Cómo es posible? En nuestro tracto digestivo hay algo que se llama figurativamente “el segundo cerebro”, que influye de manera significativa en cómo nos sentimos. El tracto digestivo está repleto de células nerviosas que analizan cuidadosamente lo que hemos comido.
Si la comida es saludable y natural, todo funciona bien y el tracto digestivo trabaja con normalidad. Sin embargo, el problema surge cuando comemos algo que no nos beneficia, ya que el consumo de alimentos nocivos en combinación con la falta de ejercicio es una carga para el sistema digestivo, que luego puede perder el equilibrio. Debido a eso pueden surgir los problemas ya mencionados. Si comemos algo malo de forma excepcional, los impactos son leves. No obsante, nos estamos enfrentando a un gran problema si no seguimos los principios de una nutrición adecuada de forma sistemática y durante mucho tiempo.
No te preocupes, no es nada difícil. Lo único que necesitas es un poco de autodisciplina y verás que los resultados no tardarán en llegar. Lo que queremos es crear unos hábitos a los que nos apeguemos. Estos hábitos consisten en:
¿Sabes que lo más difícil es empezar? Una vez que lo hagas, verás que funciona y te quedarás satisfecho. Lo más importante es que te sentirás mucho mejor que antes.
Aquí te ponemos una lista de alimentos recomendados por la universidad americana Johns Hopkins University:
Cuando estés en el supermercado y no sepas si comprar pan blanco o integral, te aconsejamos que elijas el segundo. Deberíamos comer al menos 25 gramos de fibra al día, ya que ayuda significativamente al correcto funcionamiento del intestino y, por lo tanto, tiene un efecto beneficioso no solo sobre la digestión, sino también sobre nuestra inmunidad.
En cuanto a las verduras de hoja, los alimentos que merecen nuestra atención son la espinaca y el repollo. Son alimentos ricos no solamente en fibra, sino también en vitaminas C, K o A. El consumo de las verduras de hoja ayuda a crear un microbioma ideal en el intestino y proporciona beneficio a miles de millones de bacterias intestinales, que tienen mucha importancia para nuestra salud. Los intestinos y las baterias intestinales juegan un papel importante en nuestra inmunidad. Cuanto mejor funcione nuestro microbioma, más eficazmente podrá combatir las infecciones.
Evita el consumo de las salchichas, tocinos y todos los tipos de carne grasa. También el consumo de la carne roja aumenta el riesgo de las enfermedades intestinales y nosotros tratamos de prevenirlas. Intenta añadir más carne de pollo, de conejo o pescado. Además, no tienes que comer carne cada día. ¿Qué tal te parece sustituirla, de vez en cuando, por lentejas o alubias?
Si tienes problemas de flatulencia, intenta sustituir las manzanas y las peras por cítricos o plátanos.
El aguacate es realmente un “superalimento“. Es muy nutritivo, contiene mucha fibra, potasio y además, al igual que los cítricos, contiene poca fructosa.
Y todavía no terminamos. Nuestra intención no es crear una lista infinita de alimentos saludables, sin embargo, no deberíamos olvidarnos de los siguientes:
Come bien, haz ejercicio y tu cuerpo te recompensará. No subestimes ningunos síntomas negativos y, si es necesario, consulta a tu médico. El dicho “cuerpo sano, mente sana“ todavía se aplica y también es cierto cuando decimos “somos lo que comemos“. Por tanto, no arruines tu vida con malos hábitos y cuida tu cuerpo y salud.