El contenido de tu cesta
La cesta está vacía
+34 910 608 224
info@sanitino.es (asesoramiento técnico)
La cesta está vacía
El fascinante poder del baño encantará a todos. Incluso los antiguos romanos construyeron lujosos baños públicos, porque los veían como un medio para alcanzar la pureza física y la santidad espiritual. Prueba a darte un baño reparador y olvídate por un rato del ajetreo de la vida cotidiana.
Empecemos por el aspecto visual. Elimina las cosas innecesarias del baño, tirando los envases de cosméticos vacíos, cambiando las toallas y deshaciéndote de los cosméticos que no utilizas. Organiza tu cuarto de baño de forma que te dé una impresión de calma y armonía. Puedes utilizar plantas, velas, minerales o mantener el aspecto minimalista y limpio.
Disfruta de estos momentos únicos con tu música favorita. Eso sí, ten cuidado con el volumen. Otro elemento para crear el ambiente adecuado es, sin duda, la penumbra, que relajará tus ojos cansados. Basta con encender unas velas. Sin embargo, si piensas utilizar fragancias en tu baño, no utilices velas perfumadas. Los olores podrían mezclarse y un buen baño relajante acabaría siendo un dolor de cabeza.
Mucha gente considera que bañarse es antihigiénico porque la suciedad se lava y luego permanece en el agua. Si se pretende que un baño relajante tenga también efectos curativos, conviene prestar atención a la higiene. Si además de la bañera tienes una cabina de ducha, asegúrate de ducharte bien antes de bañarte. Si tu cuarto de baño no tiene ducha, consigue una mampara y dúchate en la bañera antes de bañarte. Esto preparará tu piel para absorber los ingredientes activos del baño.
Curiosidad: ¿Sabías que en Japón el agua de la bañera no se vacía después de cada baño, sino que la utilizan varias personas, incluso durante varias semanas? Algunos dirán que es antihigiénico, pero en Japón la gente se ducha a fondo antes de bañarse. Además, utilizan polvo desinfectante para mantener el agua en la bañera limpia. Los japoneses no conciben el baño como algo limpiador, sino como algo relajante.
¿Y cuál es la temperatura adecuada del agua para bañarse? Sólo se recomienda unos pocos grados más que la temperatura corporal. Por lo tanto, trata de no superar los 40 grados. El agua demasiado caliente reseca la piel, sobre todo si es sensible. Otro riesgo (menos común) es el sobrecalentamiento.
Ahora viene lo más importante. Si estás renovando o diseñando un cuarto de baño, es una buena idea pensar en la distribución del baño y elegir la bañera de acuerdo con ello. En la actualidad, las bañeras de hidromasaje son un gran éxito. En una bañera de este tipo, puedes desterrar no sólo la melancolía invernal y la fatiga, sino también el dolor de las articulaciones y mucho más. Elige entre un masaje con aire que fluye desde el fondo de la bañera, un chorro de agua desde las toberas laterales o una combinación de ambos.
Elige entre un masaje con aire que fluye desde el fondo de la bañera, un chorro de agua desde las toberas laterales o una combinación de ambos. Con los tipos de funcionamiento eléctrico, puedes incluso seleccionar un programa específico que mantendrá los chorros y la temperatura ideal del agua durante todo el baño.
El remolino de agua o aire estimula las terminaciones nerviosas sensibles de la piel, lo que estimula perfectamente la circulación sanguínea y el suministro vascular. El cuerpo se libera así de la tensión y el estrés internos. En la bañera de hidromasaje, el cuerpo y la mente se relajan. También es el medio perfecto para relajarse después de hacer un ejercicio exigente, para la rehabilitación después de una lesión o para problemas reumáticos.
Ya sea que tengas una bañera exenta, una bañera angular o una bañera rectangular, con o sin sistema de masaje, creemos que te sentirás como en un spa. Los aceites esenciales o las sales de baño de alta calidad pueden ayudar a conseguirlo.
La sal de baño es beneficiosa en muchos casos. Alivia la tensión muscular y articular, elimina la inflamación de la piel, ayuda a relajarse del estrés mental y físico, desintoxica y desinfecta. El propio Hipócrates afirmaba que las sales de baño funcionan, ya que cambian algunas de las propiedades del agua y ayudan a reducir su absorción en la piel. Esto hace que nuestra piel no esté arrugada después del baño. Otro efecto beneficioso de estas sales milagrosas es que ablandan los callos y actúan como una especie de exfoliante. Por último, pero no menos importante, aumentan la densidad del agua, lo que hace que nos relajemos mejor.
¿Tienes todo listo? Ahora no queda más que sumergirte en la bañera y recuperar fuerzas. Relájate, cierra los ojos, escucha música y respira tranquilamente. Intenta pensar que tu cuerpo descansa y que poco a poco se va relajando. No dejes que nada ni nadie arruine estos momentos de tranquilidad. Después del baño, seguro que te sentirás como si hubieras renacido.